Por No hará falta enumerar todos los grandes MC´s -de Ice T a Tyler The Creator– que han tenido la oportunidad de liderar o actuar con una banda. El junte, nunca mejor dicho amigos, de dos universos tan distintos (ah que falacia es esto, en opinión del que suscribe) parecía a priori inestable al menos. Por supuesto cualquiera que se asomara vería que no había lugar, por que en realidad no hay mas distancias que las que los prejuicios, afortunadamente ya superados hace años, pudieran buscar. En suelo patrio la redondez de proyectos tan interesantes como Cupido, el inmenso Taifa Yallah de Dellafuente o colabos puntuales como Waor con Kaos Urbano entre otros, podrían a entender de un servidor valer para atestiguarlo un poco.
La llegada de “Corona de Espinas” el primer disco del proyecto que une a Calero LDN con el trabajo inmenso –como luego se vio- de una banda tremenda refrendándole, parece también un punto de inflexión a tenor de lo visto. Y no creo que necesite incidir en la calidad de Iván Pozuelo tras la batería, cualquiera que haya visto a Ská-P sabrá de que hablamos, pero es que además la guitarra de muchos quilates de Elena Castelló y el bajo de Chara Corrado le van a la zaga, dotando al grupo de un sonido propio que bebe en el Punk, claro, pero que admite muchas lecturas como ese disco que mencionaba antes, y que no creo que sea hacerle justicia hablar solo de que mezcla Rap y Rock.
Desde que salieron con “Hoy Volví a Beber” fue un pase demoledor que se pulió una entrada mayúscula demostrando el apabullante poder convocatorio de un grupo que apenas llevan poco mas de un año en la pomada. Y para atestiguarlo solo había que mirar al publico cantar cada letra de unas canciones que llevan el sello inconfundible de la lirica del de Bilbao.
La voz áspera y dura de Calero irradiaba electricidad, “Tinieblas” y “Corazón Ardiendo” fueron de aúpa con Castelló intachable, mientras nos lanzaba barras superlativas, “No Me haces Bien” o “Enganchado a Tu Veneno” y toda la banda destilaba ese deje de estar viendo algo que ya ha encendido el cronometro hacia atrás para llegar a las grandes arenas, y a las audiencias masivas. Nos recetaron todo el disco y un buen montón de añadidos – “”Follaremos Colocadxs”, “Dispárame”…- que sonaron frescos y brillantes, en un bolo a velocidad de crucero en el que a un servidor en muchos momentos le sobrevolaron por encima Trasplants o Blink 182 por citar algunos, mas que los nombres lógicos del Punk Rock patrio. La ultima parte con “Perdí el Control” y la homónima fue de enmarcar y sello una noche impresionante que se pasó en un suspiro.
Ni idea de que pasará en el futuro, pero después de esa exhibición de lo que son capaces en el escenario con un solo álbum, ya hay ideas para el segundo, sería un error inmenso perderles la pista.
A todo esto el lio lo habían abierto Títeres merendándose el papelón de arrancar algo así con aplomo y valentía, desde que pusieron en el escenario “Estragos” y “Entre Lazos” de su ultimo lanzamiento el mas que correcto “¿Cómo vamos a la Luna…si aun no es de noche?” en el que basaron todo el bolo. Con Viti López y el guitarrista Chechu Criado repartiéndose las voces, que acierto es esto, de unos temas que supuran Rock Urbano si, pero que esconden mucho mas –solo había que mirar la duración y los desarrollos de los temas- con la base de Gonxa Gonzalo y David Cáceres echando humo y la atinada guitarra solista de Guzmán Delgado, ofertaron una comparecencia esperanzadora para una banda tan joven.
Las dos partes de “A la Orilla de la Locura”, la interesante traslación de “Cobre Viejo”, o el final estupendo con “Nos Guían las Mareas” fueron acertados y hasta adictivos. Los peros que queramos buscarle a los de Segovia, sobre todo los tediosos parones entre temas en una noche en la que deberían habernos obligado a salir en ambulancia de allí con una oportunidad como esa, no es nada que no se pueda solucionar y será muy interesante ver hacia donde irán.
Tremenda noche.
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