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DÍA 5: CRÓNICAS URGENTES 2021

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Hay a la entrada del patio del DA2 grabada en la piedra de la pared de la escalera, una sentencia. No sabría decirles si la cita, “Somos el tiempo que nos queda”, es de Kase O, de Bonald o de la agencia estatal de meteorología como pone debajo, pero ahí está. Hoy Sergio Dimald al frente de una banda plena de pasión y amor por lo que hacen, lo elevaba al olimpo añadiendo “Somos lo que hacemos”.

Y es que era la tercera intentona amigos. Se habían frustrado las dos anteriores y había unas ganas tremendas por verles al fin. Y no es necesario que les hable del, estaba clarísimo, esplendoroso sold-out que lucía el bolo desde que se puso a la venta, bastaba con pasear por los aledaños del sitio desde un buen rato antes para ver hasta que punto era esperado el pase de The Son Of Wood en la ciudad.

Desde que abren con “La Lucha de los Vientos” desgranan un cancionero pletórico de momentos brillantes y buenas ideas que, como ya escribí en su momento, hacen que recordemos por qué amamos a La M.O.D.A. ó a Mumford&Sons y los convertimos en, y amontonan sin tapujos detalles dignos de las ligas superiores, el saxo de muchos octanos de Diego Hernández en “Nubes de Invierno”, el violín soft y delicado de Lucia Hurones en “Hacen”, como alargan el final de “La canción de mis Botas”, el espacio a los fraseados de Xavi AKD ó la emoción que suscita oír “La Niebla”, consiguen que el concierto pase casi como una exhalación a pesar de pulirse, ojo, catorce temas sin como siempre bises ni parones.

Foto: Víctor J. Fry

Solo por ver lo que ocurrió en Chico Nube” ya mereció la pena ir y es que, verán, hay gestos que en realidad son gestas. La cosa es que cuando arranca la canción Dimaldcuenta que siempre le gusta tocarla sin equipo, es cierto doy fe, y que va a hacerlo así. Y aunque no puede bajar al publico por motivos obvios el tipo, pásmense, dice que se va a separar del micro y cantarla a pelo con el silencio cómplice del personal. Fue uno de esos momentos para atesorar por la pureza que destiló.

La parte final con “El Faro”, la fantástica “Mercancía” en la que presentó a la banda, y un “Hijos de la Libertad” casi en apoteosis, pusieron el patio a hervir (todo lo que ahora puede hacerlo) y con razón. Cuando todo acaba alguien dice a mi lado que, el concierto de hoy, “está entre los tres mejores que les ha visto”. Amén.

Digo yo que la próxima vez lo mismo hay que intercambiar recintos.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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