Actuación de Sôber en el festival FÀCYL. Foto: Victor J Fry

Paco Jiménez: Ha pasado un tiempo desde el impás en la carrera del grupo que supuso la orquesta. ¿Cómo lo valoráis, y qué ha supuesto en la historia de la banda?

Sôber: Toda la gira sinfónica ha marcado un antes y un después en la banda. Un proyecto ambicioso y costoso a todos los niveles. Los promotores empezaron a responder maravillosamente y el público también. Cuando ya teníamos todo esto, realmente lo demás fue sobre ruedas. Fue un capricho, creemos que nos lo merecíamos después de 20 años de carrera, un homenaje. La experiencia fue alucinante, compartir y conocer a tanta gente involucrada en orquestas, especialmente orquestas jóvenes, con nuevos aires…Todavía nos quedan algunas cosas así que no podemos darle carpetazo aún. Por ejemplo, nos queda un bolo final en el que saldrán cosas muy bonitas.

P.J: ¿Ha hecho también que en estos conciertos volváis a encontraros, ya solos, de nuevo con la carretera?

S: Pisar la carretera es como pequeñas dosis de oxígeno que nos permiten distendernos de cuando estamos con la sinfónica. La orquesta requiere matices muy precisos. La carretera también los tiene pero restando la presión de tener la sinfónica detrás. Nosotros, como banda de rock, cuando paramos para hacer algo más suave, bonito, con más detalle, y después vienen los conciertos de rock, pues vamos como a por ello como leones, como locos. La filarmónica nos hace estar en un ambiente grandioso pero más comedido.

P.J: Salamanca os adora y se os da muy bien, ¿Cómo valoráis el apoyo que os hemos dado estos años?

S: Cuando salió Morfología, elegimos Salamanca como una de las primeras ciudades porque es una ciudad universitaria con mucha ilusión y emoción donde el rock sirve en muchos bares y garitos. Jamás olvidaré el concierto en la sala Potemkin, parando el concierto entre medias por el calor que había entre la gente, las gotas cayendo… Esa emoción jamás la hemos abandonado. Diferentes actuaciones en Salamanca siempre estarán en la historia del grupo. Es una ciudad que queremos y con la que tenemos un amor platónico espectacular. Una ciudad con mucha cercanía.

P.J: Hoy estáis en un gran festival pero la última vez estuvisteis en una sala. ¿Dónde os encontráis más a gusto?

S: En cualquiera de los registros. Estando juntos encima de un buen escenario, haciendo nuestras canciones, estamos a gusto…Nos adaptamos a cualquier formato en el que el público nos quiera y demuestre que hay empatía y ganas de disfrutar. El subidón de grandes festivales es enorme, pero la magia de las salas y disfrutar con la gente que ha pagado por verte es increíble…

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

Comentarios

Deje su respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puede que te interese