Crónicas

Los nuevos conciertos

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Cuando el 11 de marzo de este año la OMS declaraba pandemia mundial a causa de la enfermedad propagada por el virus SARS-COV-2, la COVID 19, y el día 15 del mismo el gobierno del país decretaba el comienzo del estado de alarma y los primeros días de confinamiento de la población, no creo que nadie acertara a imaginar lo que esto conllevaría a todos los niveles en la sociedad y, lo mas terrible y terrorífico, el drama humano con miles de muertos que reportaría uno de los momentos mas oscuros y duros de nuestra historia.

La sociedad debe estar abocada inexorablemente a asumir que todo, nos guste o no, es distinto desde esos días, y a instaurar cambios profundos en su/nuestra forma de hacer las cosas a todos los niveles. Y conste que no solo me refiero a las medidas sanitarias.

El mundo de la cultura  en general, y el de la música en particular, no ha escapado de la tremenda y desoladora magnitud del desastre. Como un servidor anda preparando una cosa gorda sobre este tema, las medidas que se van a tomar y las ideas que podamos aportar para combatirlo no me extenderé aquí sobre ello. Les conmino a lo que vendrá en unos días.

Ya tendremos tiempo porque hay mucho que hablar.

Pero no puedo evitar pensar en todo ello cuando me enchufo al sold-out cantado (¿pero alguien lo dudaba?) que luce el precioso Patio Chico de la ciudad para ver en directo a No Cantes Victoria el proyecto de esa voz de otra galaxia que es Victoria Mesonero, y que luego por causas del estúpido tiempo tuvo que cancelarse hasta nueva fecha. Era el primer bolo del que suscribe, quitando los escarceos con amigotes, en la nueva normalidad así que con su permiso excelencias permítanme unas primeras impresiones.

De acuerdo que todo el mundo anda ya haciéndose cuentas e ilusiones para el año que viene, yo incluido con mi festival, pero en lo que no se demuestre lo contrario, hablo de una vacuna o un medicamento, no creo que debamos precipitarnos en creer que todo volverá a ser como antes rápidamente. Ojalá.  Pero de momento deberemos acostumbrarnos a que los nuevos conciertos son diferentes: la gente sentada y comedida sin salir del espacio propio de la silla, mascarillas obligatorias, gel distribuido en mesas, diferentes vías para entrar y salir… Que todo este entramado pueda ser molesto no seré yo quien lo discuta pero, repito, esto es lo que ahora mismo tenemos y ya veremos como evoluciona en los próximos meses.

De ahí la enorme importancia de acudir a los bolos que ahora se programen, procurando apoyar al máximo, en la medida de las posibilidades de cada cual faltaría mas, el trabajo de todos los que los hacen posibles (artistas, programadores, técnicos etc.), y aún admitiendo que no todo el mundo va a disfrutar de este tipo de concis como de los otros, es fundamental que en este momento tan crucial y delicado para la escena musical, nuestra escena no lo olviden, todos echemos una mano para levantarla.

Lo he dicho hasta la saciedad a quien ha tenido a bien escucharme: Volveremos.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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