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CHELI SOUND | SALA B C.A.E.M. SALAMANCA

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Fue en José Antonio de la Loma.

Si, fue en el.

Me quedé pensando en el de Barcelona justo un momento antes de entrar a una llenísima Sala B, mas de doscientos tickets despachados ojo, en cuanto me fijé en el coche que la banda había colocado a la puerta. Se trataba del mismo que la foto de promo nos había enseñado con los protagonistas apoyados en el, y que parecía el perfecto aliado para lo que iba a pasar allí adentro en un momento. Y no es casualidad que el director de “Perros Callejeros” o “Yo el Vaquilla” salga aquí, como tampoco lo sería el legendario Eloy de la Iglesia y su filmografía.

La banda sonora de esas películas era casi sin excepción la Rumba Canalla.

Eso era. Ahí estaba la conexión.

Llevo años viendo a Sesé Sánchez ejercer de lujoso secundario de los proyectos de otros, el mas ligado a mi Los Chicos de la Lluvia, y siempre me ha parecido un artista de un talento colosal. Su asociación con Fran Colmenero  ( Pepe Risi que estás en los cielos ay, era casi imposible apartar la mirada de su camiseta de Burning) era un acierto de pleno como ya se pudo ver, intuir mas bien, en el concurso de bandas en el que con un servidor perplejo por que no ganaran, acabaron ocupando la segunda posición. El resultado de parte de esa simbiosis son esos tres temas estratosféricos que Cheli Sound ha puesto en circulación.

La filiación del proyecto es tan clara que hasta resultaría chocante en alguien tan joven, de no ser por el interés que ha generado en mucha gente actualmente esas sonoridades vía Trap y Urbana o la recuperación que han hecho en los últimos años de aquellos cineastas, películas y canciones proyectos como el de El Coleta o Carlos Salado. Y con ello se ha reivindicado a multitud de artistas que van de Los Chichos a Las Grecas, Los Chunguitos o ya en otro plano los inconmensurables Triana.

Acompañados de una banda de altura,  José Campusano y Raúl Cuadrado su productor estuvieron matadores, navegaron sin macula por un set-list amplio, hicieron dieciséis temas, desde que abrieron la noche con “Para Morir”, y en el que llenaron la sala de algunas de las texturas que han hecho ricos a los hermanos Muñoz que, queramos o no, salieron a colación en momentos concretos del bolo, pero también lo hicieron Los Chichos ( a los que revisaron en la parte final) o Triana (el que suscribe evocaba “Una noche de amor desesperada” cuando hicieron la sentida “Pa´los que ya no están” aunque es cierto que no tengan nada que ver).

Las voces de los dos estuvieron muy acertadas, Sánchez se come el escenario con su voz agitanada y cazallosamente brutal, “Mantenido a Flote” fue un must, y los temas se sucedieron (la cover de “Mañana” del Alarma mayor Manolo Tena fue aséptica y emocionante, como el cambio radical de la salida de Alba Colmenero para revisar a Noah Kahan) de modo fluido, pero fueron las tres, la que abrió “Tsunami Dance” y el cierre en forma de fiesta de “Sintetifyer”, de Cheli las mas celebradas por un servidor. Por el camino la oda de agradecimiento a su ciudad que Colmenero plasma en “Salamanca”, el buen tino de “Dragones” o esa buleria que es “Mama Cuplés” por citar algunas, se hicieron con el personal. A todo esto levábamos trece temas cuando  desde arriba se recordó que se podía bailar y cantar allí por las distancias (¿…?) que parecía se guardaba desde el publico y que afortunadamente aunque tarde, luego se rompieron.

Cuando echan el cierre y se encienden las luces me congratulo de haber podido verlo.

 

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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