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Ismael Serrano emociona con un viaje íntimo y combativo en Valladolid

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En una noche cargada de emoción, poesía y memoria, Ismael Serrano volvió a conquistar al público vallisoletano con un concierto que fue mucho más que un simple repaso por su discografía. El Centro Cultural Miguel Delibes acogió a cientos de seguidores que, desde el primer acorde, se sumergieron en ese universo tan personal donde la música, la palabra y el compromiso social conviven en perfecta armonía.

Acompañado por una banda sobria y precisa, el cantautor madrileño desplegó un repertorio que combinó sus grandes himnos con composiciones más recientes, sin renunciar a la carga poética y reivindicativa que lo caracteriza. Temas como Papá cuéntame otra vez, Vértigo, Sucede que a veces o Ahora que te encuentro fueron recibidos con entusiasmo por un público entregado, que celebró cada acorde y cada verso con respeto y emoción.

Más allá de la música, Ismael volvió a hacer de la palabra hablada una aliada imprescindible. Entre canciones, compartió reflexiones, recuerdos y pequeñas historias que construyeron una narrativa íntima y cercana, en la que no faltaron guiños a la actualidad, críticas sutiles pero certeras y un constante llamado a la esperanza y la resistencia. La cercanía con la que se dirigió al público convirtió el concierto en una experiencia casi confesional, donde la música funcionó como refugio y espejo.

En lo musical, el concierto navegó por distintos paisajes sonoros: del folk al jazz, del bolero a la canción protesta, con momentos de intensidad y otros de recogimiento. Serrano, fiel a su estilo, no necesitó artificios: su voz, su guitarra y la potencia de sus letras bastaron para llenar el escenario.

El público, de todas las edades, respondió con un silencio atento y ovaciones prolongadas. Cada canción se sintió como un reencuentro, como una conversación que se retoma con naturalidad tras el paso de los años. Sin necesidad de grandes alardes, Serrano volvió a demostrar que la honestidad artística, cuando es real, tiene un eco profundo y duradero.

Valladolid fue testigo, una vez más, del poder transformador de la música cuando nace del alma y se ofrece con generosidad. Y aunque el tiempo pase, Ismael Serrano continúa reafirmando su lugar como una de las voces imprescindibles de la canción de autor en español.

Maria González
De pequeña leía el periódico junto a mi padre, ahora redacto junto a mis compañeros. Aficionada del motor y la naturaleza.

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