CrónicasculturaSalamanca

7Kilos | Sala B C.A.E.M. Salamanca

0

Pudiera ser que viviéramos los diez minutos mas mágicos de los últimos tiempos de conciertos en un bolo macizo y superlativo que fue a mas, en el que afortunadamente no hubo casi entradas en la columna del debe mas allá de la careciente de sentido parada en boxes de la mitad de la comparecencia, que puso el ritmo del pase a los pies de los caballos sacrificándolo para nada. 

El que suscribe ya lo avisó en la entrevista que hizo con la banda.

La sorpresa maravillosa que es que nos hayan entregado un tema como “Piel Adentro” que roza los diez minutos -nunca habían hecho algo tan largo- y que es una montaña rusa llena de recovecos y cambios, que evidencia además la absoluta madurez de la que hacen gala en algunas de las composiciones de un disco –el nuevo y deseado “Desde el Principio”- que admite muchas lecturas.  Cuando la pusieron en el escenario acompañados de Iñaki Allende que hizo el junte en el album y que, en buena hora, se subió con la banda, la sensación de estar viendo al grupo en un momento de plenitud máxima fue tan clara que golpeó. Allende devoró las tablas con su hacer estratosférico -ojala se sume ya a un proyecto nuevo tras el fin de Mosh, por que sería una pena que le perdiéramos para la escena-, mientras el grupo se pulía el tema dejando impronta de grandes, y en el que (esto es lo mas importante a mi modesto entender) cada capa de la canción funcionó a pleno rendimiento. 

Solo por poder ver eso ya mereció la pena, pero hubo muchísimo mas en la que era probablemente la noche mas importante de la historia de la banda. 

Y no era solo por su vuelta a los escenarios de la ciudad tras un montón de años de ausencia, y la puesta de largo del esperado nuevo disco. Sobre todo lo era por que marcaba el fin de una época, con la oportunidad de poder ver el ultimo vals de dos miembros históricos en una formación que agotaba así su andadura. La salida de Jorge Sierra y Víctor Cifuentes marcaba la comparecencia por lo que ambos han significado en la historia del grupo, y será muy valioso para lo que pueda venir en el futuro, que importante oírles por fin que la gira nueva arranca en octubre, que la elección de quien vaya a ocupar esos sitios (ojalá que no choquen con la palabra que tumba batallones de candidaturas  hoy en día –me refiero a sacrificio-) se antoje capital.

Existe una técnica literaria que se llama perspectiva múltiple. La cosa es que en ella, a grandes rasgos, se trata de explicar varias veces un mismo relato desde puntos de vista distintos, siendo la misma verdad percibida de diferentes maneras. Cuando entré en la Sala B para enchufarme al bolo me acordé de ella. Se ha convertido ya en cosa normal para el que suscribe tener que oír quejas sobre la falta de conciertos, de tal o de cual estilo, en la ciudad, y siempre las asumo con el estoicismo de cumplir casi doscientos bolos al año. Pero es un misterio para mi de que sirven esas sentencias, si luego cuando hay que ir y apoyar en la forma de una entrada casi testimonial, no se hace. Tal vez sea eso. La percepción de la verdad que a un servidor le encoge el alma cuando conteo por encima poco mas de ciento cincuenta tickets que no merecieron, por que debería haber sido un obligado sold-out hasta la bandera. 

Cuando salen con las tres primeras paradas en el nuevo disco, “HC7K” que gozada verles usar en escena también el sampler de “El Gran Dictador” “Tiempo de Corrupción” y “Control Absoluto” ,  con unas guitarras durísimas y ásperas de Sierra, me congratulo de que uno de mis grandes temores, como estarían de voz los Mc´s, es infundado. Juan Romero y Alberto Sánchez se reparten el pastel adelante sin bajar el listón como en los viejos tiempos. Es liberador verles encarar la primera bajada a años pretéritos, un estupendo “Dame Otro Momento” que contiene el riff de inicio mas dulce que han hecho nunca y que simplemente es irresistible, o atacar la primera visita ilustre de la noche con un Héctor Nante al que invitaron en un tema de Caja Negra –“Ruleta Rusa”- que abrió además el paso por ese álbum (luego siguieron “Hora Voodoo” y “Cheque Prestado”) siempre comandados, que importante es amigos, por la omnipresente batería de Alberto Matías que desde su kit llevaba el timón con acierto total

Hace unos meses ya escribió el que suscribe de lo que en su opinión la escena va a perder con la inmolación de Sierra para la música.  Cuando le veo atacar una intro mínima, llena de clase y delicadeza antes de hacer la inconmensurable “Phobia” me reafirmo, ya que alternaron material mas viejo, “Hangar” fue estupenda, con la sangre nueva –no sería de recibo no mencionar a Javier Wallas que firmó con ellos una gran traslación de “Jauría Indiferente”- y hasta hubo tiempo para desempolvar material añejo, “hoy era el día de hacerle un repaso” dijo Romero, con un mix tremebundo de “La Jaula” y el paso por “Infectados”, que puso la olla a bailar hasta el infinito antes de que, insisto,  “Piel Adentro” brindara un póker a la mesa. El encore con “Ojo Critico” y “Expolio Laboral” echaron el cierre a una noche cuando menos llena de interés y momentos brillantes.

Sudamos, bailamos y en el caso del que firma las emociones se vinieron, pero es lo que pasa cuando amas esto. Ojalá no nos tengan tantos años esperando para volver. Grandes.

 

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

Comentarios

Deje su respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *