¿Las columnas del Debe y el Haber del dos punto cero?…
Lo que si son: los creadores, ideólogos y lideres del combo mas importante de la escena del petardeo de la historia patria -en esa lista que va desde Las Bistec a Ladilla Rusa- llevándola por fin a las audiencias masivas , performers de nivel dios, compositores de canciones que meten el dedo en el ojo sin piedad y escritores de letras que, como bien me apuntaba alguien a la salida, ganan muchos enteros cuando las hacen en el escenario. Pero sobre todo, sobre todo, son unos actorazos. Lo que no son: cantantes, es obvio y horripilante incluso en algunos momentos, y músicos al menos en los conciertos (solo sonaron unos minutos de autentica música en directo cuando Gómez cogió la guitarra, y paradójicamente lo hizo muy bien).
Con eso claro es entendible la performance de alto caché echa a mayor gloria del onanismo de los personajes de ambos – ojo a esto, los de encima del escenario. Santiago Segura contaba que en la promo de no se que parte de Torrente la gente pensaba que el era como su personaje. Un servidor como die hard fan del noveno arte pasaría hambre por las calles por media hora con Areces charlando solo de la editorial Bruguera- y el ambiente de verbena ultra kitsch abajo, los disfraces las camisas de piñas los cachis gigantescos, que impregnaba todo, y que no tiene por que ser necesariamente malo sabiendo, repito, lo que vas a ver. Es que además serian injustas y erróneas las comparaciones (y ya de paso ¿con quien?) . Esto no es Tool ni lo pretende, solo se trata del sentido del humor.
Con el hilo conductor del Subnopop, esto también es muy interesante para los protagonistas ese estilo inventado por ellos abarca de Mari Trini a Snap, desde que se abre el pase con la adaptación del “Bienvenidos” de Ríos, es una sucesión de hits cañís con bases techno (no se por que me acordé de Sigue Sigue Sputnik muchos pasajes de la noche) que cumplen a rajatabla la pensada utilidad que tienen: ponernos a bailar y a cantar si, pero también no dejar de sonreír. La lista en forma de rave gigantesca para ello, es infalible: “0,60”. “Morreo”, “La mas Guapa”, la coreadísima “Extremismo Mal”, esa delicia de “Cuidado con el Cyborg”, y la actual a pesar de tener ya años “Opino de Que”. El montaje, no hará falta decirlo, es de grandes arenas (confeti, llamas, pistolas y el añadido de la gigantesca pantalla sin parar de lanzar el trabajo visual del dúo) refrendando el estatus que tienen ahora mismo, y colma de sobra la idea que se pueda tener antes de entrar, complementada además con los speechs entre temas que son cremita. Y vuelvo a lo buenos actores que son.
Divertidos y festivos, esta vez el palabro está mas que justificado, congregaron a una audiencia heterodoxa que estrenaba mucha de ella el nuevo formato del multiusos, el club mas pequeño que el normal, que se sabía al dedillo -“Sinceridad no Pedida” o la celeberrima “Mocatriz” la revisión del “Agapimu” de Ana Belén- los temas, y que tampoco titubeó cuando el medley de “Forever” puso encima de la mesa cosas como Vicente Fernández, María Jiménez, Carmen Sevilla o Concha Velasco en afamado junte con Quevedo para cerrarlo, coreándolo casi todo, y reivindicando el sitio de los protagonistas aunque esta vez no hubiera cameos. La parte final con “Viejoven” y “Tontagilipo” con los ya conocidos videos de Ramón García quejándose de lo que tarda el bis, fueron un must para entender la idiosincrasia de un bolo tan divertido como intrascendente y que a los cinco minutos de salir ya se había olvidado.
Y en la modesta opinión del que suscribe no creo que se tratara de otra cosa.
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