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El Edipo de Paco Bezerra atraviesa las llamas en Salamanca

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No se puede huir si el incendio arde por dentro.
‘Tras de ti’ – Maria Arnal i Marcel Bagés
In the pandemonium of image
I present you with the universal Blue
Blue an open door to soul
An infinite possibility
Becoming tangible.
Blue – Derek Jarman

Yo, que me tenía por la flecha y resulta que soy la diana.
Yo, que me tenía por la pregunta y resulta que soy la respuesta.
Yo, que me tenía por la trampa y resulta que soy el ratón.
Edipo (A través de las llamas) – Paco Bezerra

 

En Euripides and His Age, el clasicista Gilbert Murray recordaba que, cuando Hipólito (no en vano la primera incursión en el acervo mitológico heleno de Paco Bezerra y Luis Luque fue, precisamente, Fedra) o Edipo aparecen por primera vez en escena, el espectador ya sabe que estos personajes están condenados. No obstante, es precisamente ese conocimiento por parte del espectador lo que dota a las palabras y acciones de estos personajes de un significado mayor, ya que cada cosa que dicen y hacen les acerca más a la catástrofe resolutiva final, de la que los espectadores son ya conscientes.

 

Por tanto, no se trata tanto del qué, puesto que ese qué es un lugar de conocimiento común, sino del cómo, que se erige como verdadero motor de la obra y su desarrollo. Algo que Paco Bezerra, como autor de este Edipo (A través de las llamas), y Luis Luque, como su director, han entendido a la perfección, capturando así el espíritu de aquellos espectáculos totales que fueron las tragedias griegas.

 

Por una parte, el texto de Bezerra presenta a un Edipo metafísico, a la vez que fantasmagórico (Bezerra 2022: 43), como él mismo lo describe al hablar de la creación de este texto, encargo de Luque, en el volumen que compendia las once obras que ha escrito hasta la fecha, Velocidad mínima. El teatro viene después (2022), editado por La uÑa RoTa. La palabra se encuentra, pues, en todo momento en el centro de la obra. En ella Edipo, entre el sueño y la vigilia, entre su pasado, su presente y el futuro de la ciudad de la que es rey, se cuestiona su identidad, a través de la reflexión sobre los momentos de su existencia que le han llevado hasta allí.

 

Bezerra presenta así un Edipo íntimo que, en su agonía por llegar a conocer, comparte momentos en palacio con su mujer (y madre) Yocasta, pero que también reivindica la responsabilidad que adquirió para con su pueblo al acabar con la Esfinge. A su vez, uno de los mejores aciertos de esta versión es, en nuestros propios tiempos pandémicos (la obra se estrenó durante el verano de 2021 en la 67ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida), sustituir la plaga que arrasa Tebas en el mito por el incendio final, cuyas llamas Edipo atravesará ya convertido en otro: una versión más auténtica de sí mismo; un ciego que, sin embargo, por primera vez en su existencia ve con nitidez.

 

Por otra parte, este Edipo alcanza su máxima expresión en el montaje de Luis Luque quien, desde la génesis del texto de Bezerra, abogó por buscar lo performático (Bezerra 2022: 42). Este montaje se presenta de una manera minimalista en su forma, pero con un total y polisémico aprovechamiento en su ejecución. Tanto del espacio (desde el uso de las escaleras como tales, hasta su utilización como pantallas en diversos momentos clave de la obra, como el parlamento de Edipo al pueblo de Tebas o la profetización de Tiresias), como de los sonidos (desde la música grabada que marca orgánicamente el ritmo de la obra y la sucesión encadenada de escenas, hasta la música en directo del adivino Tiresias, así como la grabación y superposición de voces, etc.), o la iluminación (donde sobresalen especialmente las llamas del incendio final) y los personajes (destacando el coro de ciudadanos, que no canta, sino que se expresa a través del movimiento).

 

En esta escenografía destaca la primacía del color azul Klein, que también está presente en el vestuario, e incluso, en elementos de atrezo como el violín y el arco de Tiresias. Este color parece querer evocar a un Edipo sui generis: el cineasta, escenógrafo y jardinero inglés Derek Jarman, quien por una enfermedad relacionada con el sida se quedó parcialmente ciego, experimentando la interposición de una luz azul durante su ceguera, condición a la cual dedicó su última película, Blue (1993). Todo en el montaje de Luque funciona, a través de una estética marcada e impecable, para producir un extrañamiento que hace que el interrogatorio de Edipo, con las preguntas y dudas que su búsqueda plantea a los espectadores, incomode más y, por tanto, llegue más hondo.

 

Finalmente, en los tiempos que corren, no sobra decir que es un lujo haber podido acudir a esta representación, puesto que la última obra de Bezerra, Muero porque no muere (La vida doble de Teresa), cuyo estreno estaba inicialmente programado para el pasado 6 de enero en los Teatros del Canal, ha sido vetada por la Comunidad de Madrid. Su texto se puede encontrar en el volumen publicado por La uÑa RoTa arriba mencionado.

 

Hace un mes se hizo público un manifiesto para apoyar al dramaturgo (disponible en el siguiente enlace: https://digipad.app/p/294802/522a293c514d1), así como para luchar contra la injerencia política, el ataque contra la libertad de expresión y la censura artística que esta cancelación supone. Una vez alcanzadas las 3000 firmas, estas serán llevadas al registro, a la espera de una respuesta (tras siete meses de protestas) de la directora de los Teatros del Canal.  Para adherirse a dicho manifiesto, se debe enviar un correo electrónico indicando nombre completo, profesión y DNI a correo: apoyopacobezerra@gmail.com

 

Obras referenciadas:

Bezerra, Paco. (2022). Velocidad mínima. El teatro viene después. La uÑa RoTa.

Murray, Gilbert. (1913). Euripides and His Age. Williams and Norgate.

 

Ficha técnica reducida:

Ficha técnica completa disponible en: https://pentacion.com/obras-en-cartel/edipo-a-traves-de-las-llamas/

Dramaturgia: Paco Bezerra

Dirección: Luis Luque

Producción: Jesús Cimarro

Reparto: Alejo Sauras, Mina El Hammani, Julia Rubio, Omar Zaragoza, Jiaying Li, Alejandro Linares, Diego Rodríguez, Eduardo Mayo

Marta Martín Díaz
Filóloga clásica. Solo está tranquila cuando está nerviosa.

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