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LONCHA VELASCO, LA KRÜEL | BAND POTEMKIM, SALAMANCA

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Me asaltó la frase justo cuando los de Málaga estaban arriba haciendo en uno de los momentos de la noche, atención por que hubo varios, esa barbaridad que es “Abre los Ojos”. Es de una canción vieja, al menos para los estándares de la Urbana, de su casi vecino Yung Beef y no recuerdo quien de la larga nomina (es su tema mas coral sin duda) de mc´s que lleva la repite compulsivamente varias veces: “contando el dinero en la parte de atrás de un masi”.

Contar el dinero, si.

Parece casi inevitable sentir que hay un punto de extraña heroicidad para hacer cientos de kilómetros para tocar, sabiendo que la cuenta cuando llegues va a ser poco halagüeña o directamente negativa . Embutes a presión en la furgo los sueños es cierto, pero también los peajes, la gasolina, las dietas los hoteles y todo lo demás que hace que salgas de casa con menos quinientos. Imagínense las ganas cuando a todos los impedimentos habituales y al estado del estilo en la actualidad, ves que hay quien factura cada fin de semana poniéndose un traje que no le pertenece y, que sencillo, apropiándose de material ajeno. Y no es tanto quien lo perpetra, allá cada cual con su conciencia, como quien pasa por taquilla para ver algo así, y luego bolos como el que nos ocupa batallan con audiencias paupérrimas.

Algo estamos haciendo mal en la escena- nosotros ojo, todos los que la formamos- cuando el arte original, mas allá de los nombres consabidos y los estadios, en estilos como el Pop o el Rock ya no parece tener interés sobre todo en las salas y, este es el problema, entre la gente mas joven.

Echábamos el cierre a la temporada del Potem y cuando me enchufo al doble pase que lo protagonizaba, me congelo al ver la entrada. Para el eterno bochorno del que suscribe la venida de Loncha Velasco acompañados de los madrileños La Krüel Band nos suscitó alegrías mas allá de treinta o cuarenta tickets y todas las excusas y los peros que podamos buscarle, final de curso exámenes sobreexposición de eventos en una ciudad tan pequeña dejadez etc., son nimiedades para enmascararlo. Dos bandas jóvenes con canciones y actitud a raudales cuestiones de gustos aparte faltaría mas, no congregan a casi nadie mas allá, que les hagan un altar, de los habituales.

Y es una pena por que la noche dio de si momentos muy importantes.

Foto. Víctor Iglesias

Con dos discos on fire, el seminal  “¡Mamá, quiero Zé Artista! y el ultimo por ahora “Cine de Barrio”, comandados por el excelso Rafa Buriana a la voz, se aplicaron Loncha Velasco en un setlist hasta los topes de barras explosivas y guitarras crudas desde que abrieron con “El Rey de Hospitalet” tras ese divertimiento que es “La Chica Yeyo”. Y es cierto que la mixtura de Rap y Metal no es nada nuevo, los nombres patrios que flotan son obvios desde Narco a Def con Dos,  pero la añadidura del elemento Punk en letras y actitud (valga como ejemplo el discurso sobre la ketamina que fue protagonista en un momento dado al presentar la tremenda “La Sustancia X”) le otorga un plus de atractivo sin duda. Dueños de una sobrada competencia instrumental, de los scraches de DJ Canijo a la batería de Manu Cabrillana, pusieron el sitio a bailar desde el principio a base de sudor y buen hacer, “El Ataque de los Clones” la muy celebrada “El Camello”, la revisión de los hoy olvidadisimos Molotov “Puto” y esa guitarra que abre “El Capitán España” que bien podía ir en “Pain For Pleasure”, y no creo que nadie en su sano juicio sintiera que había desaprovechado la noche, ese encore final con “Tacón y Noche” y la celebérrima “Mi Abuela Tiene Tinder” fue un must, en su tiempo arriba.

Antes de todo ese lio la comparecencia la habían abierto muy bien los madrileños, craso error de un servidor que siempre pensó que eran de Toledo, La Krüel Band y su poderoso crossover lleno de Rap y Rock indudablemente, pero también con apuntes muy interesantes de Roots e incluso Reegae, Me llamó la atención que eligieran cinco temas (¿…?) del primer álbum, tienes tres discos, “Polizón”, “Lakruel”, “En Contra de Ti”, “Saldrá en Portada” y La Furia del Pobre”, para abrir el pase, y hasta “Somos” no tiraran del ultimo lanzamiento.

Con la confianza que da ver a Eloy Martínez (que buen trabajo ha hecho con el aspecto visual de la banda) rapeando al lado de Rafa Parrita y el trabajo de los coristas, Sergio Pinar y Gabriel García, en el ultimo mark de la banda, la superpoblación del escenario consigue pasar desapercibida aun con el mínimo espacio que hay allí. Hay canciones de sobra, “Mediterráneo” es un pepino cuando la hacen pero también “Autodestrucción” o “El Método” antes del festivo final con “Llueve Gasolina”, y ese, el exceso de tiempo en un pase que con media hora menos hubiera sido perfecto, es el  único problema.

Una ultima cosa.

Casualidades o no, en apenas unos días se cumple el aniversario de la muerte del malogrado Frank C. Starr. Ese tótem de los 90´s para los rocknrollers que fue el primer álbum de su banda The Four Horseman ¿recuerdan como se titulaba?.

Nadie dijo que fuera fácil, es cierto.

Pero de ahí a poner piedras en las ruedas, hay un trecho.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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