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2020 | Cuarta crónica del Festival FACYL

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El que suscribe ya lo comentó en estos textos ayer. Si de algo tiene que servir la edición del festival de este año en mi modestísima opinión, es para chequear que modelo de evento se pretende para el futuro. Obviamente hablo del cartel que ha lucido, más centrado que nunca en las vanguardias, y de la lista de artistas y actos que ha congregado incluyendo la estrenada este año y muy importante parte online.

Evidentemente se abre un debate, o se debería abrir que esa es otra, sobre la vigencia (sería injusto y absolutamente reprobable juzgarlo por la cantidad de publico que lo ha seguido por razones obvias) que estas nuevas formas han impreso en la dinámica del día a día del festival. Y es que estarán de acuerdo en que hemos cambiado un festi puro de música, lo que estos últimos años hemos tenido y dicho sea de paso absolutamente respetable y estupendo, por algo totalmente distinto.

Y para muestra de lo que hablo, bien me vale la ultima jornada de la casi semana festivalera.

Me enchufo al C.A.E.M. para asistir al segundo pase de Double Jeu, un espectáculo con el violinista Diego Tosi como protagonista que gracias al impresionante trabajo visual y musical que lleva, deja boquiabierto. Hologramas, imágenes impactantes llenas de colores formas y sicodelia, sonidos y silencios, se alían para ofertar un pase de altura. Si el otro día era Steve Reich hoy el nombre es Jesper Nordin que le fusila el titulo a R.A.T.M. (si, si lo que oyen: son las siglas de Rage Against The Machine) con “Calm Like A Bomb”. Mientras lo miro pienso en Zach De La Rocha y en Tom Morello. Me pregunto que dirían.

El bolo es tan corto que casi me atraganto. Maldita sea.

¿Y qué tal de gente? pues bien gracias. Lleno casi, recuerden que es el segundo día seguidos, y que ayer vimos con toda probabilidad la comparecencia más impactante de todo el line-up con Lina y Refree, y con el personal respetuoso y atento a todos los detalles de encima del escenario. Una cosas más: no me preocupa en lo mas mínimo la media de edad, porque a lo largo de todo el evento he visto publico de todas edades los diferentes días. Y aunque es cierto que a priori parecía mas indicado para gente mayor, la realidad es que no. Ha habido de todo y eso es una buena señal sin duda.

Acabo con una cuestión personal.

¿Saben estos días lo que he observado cuando he ido a ver conciertos?. Lo mismo que desde que empecé de nuevo a cubrirlos en cuanto se pudo. Seguridad en cantidad,  extremas medidas sanitarias (me han tomado la temperatura en cada bolo, gel por todas partes, distancia de seguridad acérrima, aforos controladísimos, entradas y salidas reguladas, acomodadores y listas de asientos, etc.) con cumplimiento escrupuloso, respeto total a la normativa y en definitiva absoluta preocupación por parte del equipo del festival de que todo se desarrolle en las mejores condiciones y con todas las garantías.

Así que adelante. Que alguien me explique ahora a que diablos viene la obsesión de ponernos a la gente de la cultura, y en especial de la escena musical según se ve, en el punto de mira, cuando está claro que no ha lugar.

Nada de hacer balance. No me gusta. Pero sí les diré que por mi parte misión cumplida. Ojalá el año que viene podamos vivirlo como antes.

Foto: Víctor J Fry

Paco Jiménez
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