No empezaré enumerando aquí los momentos para la historia del evento (ojo y para las vidas de muchos de los que allí estaban, y si no me creen miren las fotos de los benjamines en hombros de sus padres cantando a pleno pulmón), que hubo en una noche para recordar siempre, y dar cumplida cuenta de asistencia.

No lo haré por que, sencillamente, no terminaría.

Y conste que no se trata solo de que hubo un mas que cantado, y merecidísimo oigan, lleno hasta la bandera con record de de asistencia, es que todo se alió para que el decimo aniversario del festival fuese una celebración inolvidable. Ambiente de gala y de fiesta, un recinto que (ya lo dije en su momento hasta la saciedad) es un acierto absoluto, en mi opinión mucho mejor que el anterior, cartel de campanillas que arrasó, y un equipo, ay amigos esto es la clave de todo, inestimable y maravilloso llevando las riendas. Ya entenderán que uno, en su infinita estupidez lo reconozco, siga sin entender las formas, o lo que sean, de las que hacen gala los encargados de llevar el timonel cultural en la ciudad. Algo como esto debería ser motivo de orgullo, de amparo y de buen cuidar. Por la cuenta que nos tiene a todos.

Me enchufo cuando Rencor Absoluto ya están en el escenario y se pulen, solventes y sin inmutarse, el papelón de abrir con contundencia. No les negaré que uno de los must para el que suscribe de el cartel de este año, era la presencia de los vigueses Aphonnic, que están opositando a las grandes ligas desde ya hace varios meses. No defraudaron y suyos fueron los mejores momentos del principio de la tarde (“Ombligos” fue demoledora), engrasados y ciertamente rodados. Porretas son un clásico del festival, y en el tiempo de su set el baile de la olla fue cada vez a más. Sumen a un set-list lleno de grandes momentos, propios y ajenos ojo a esto, el que tienen un emblema como “Marihuana” y ya me contarán. Con Cesar Strawberry y Jesús Arispont (este tío es una leyenda de la producción) al frente, Def Con Dos exhibía musculo y galones en un pase antológico. Recurriendo lo justo al ultimo material, impresionantes Alberto Marín en la guitarra y el gran Kiki Tornado en la batería, todo lo antiguo (“El Coche No”, “El Día de la Bestia”, “La culpa de todo…” etc) sonó a gloria. Para el recuerdo la inclusión de unos acordes del “Walk” de Pantera en “Armas pal Pueblo”. Brutales. Boikot se pulieron el show más visual y cuidado de la noche, en una comparecencia atómica llena de compromiso, y en la que me atrapó la nueva “Hablarán Las Calles” de un set-list en la que no faltó ninguna (“Jarama”, “Inés” etc). Cuando salió Narco, llegaban con el ultimo “Espichufrenia” bajo el brazo, la gente se volvió loca con razón. Los de Sevilla dieron un bolazo sin concesiones ni tregua y se merendaron el escenario. De las ultimas, “Mi Madre es una Yonki” o “Suicidate”, alternaron sin problema con “Son Ellos” o “Yoni el Robot”. Curro y Vikingo en las voces estuvieron matadores, y no bajaron la guardia en ningún momento. Impresionantes. Fe de Ratas solventaron la toalla, considerable, de cerrar y lidiar con el cansancio y la hora con profesionalidad, superando algunos problemas técnicos al principio con la guitarra de esa leyenda de la música que es Rafa Kas, y se hicieron con el personal que aguantó valiente, y cerraron una noche, sin duda, para la historia.

Es cierto. Yo me creo especial por que voy a este festival. Pero es que amigos, no es para menos.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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