Facyl: la contra-cronica

Joaquín Lavado “Quino” nace en Mendoza, Argentina, el 17 de julio de 1932. En 1950 dibuja su primera historieta para publicidad y en 1963 publica por primera vez una tira del personaje que le hará pasar a la historia. Lumen en la antología que hace de ella, ubica en la pagina 322 las cuatro viñetas que forman la numero 1251. En la primera Mafalda le pregunta a su madre… “¿Por qué siempre sopa mamá?.

Cuando hace unos días la organización presentaba (sin fanfarrias políticas por todo lo alto que si hubo para, ay amigos, anunciar al nuevo director) la programación de la edición de este año del festival, no fue poca la gente que me preguntó a cuenta de ella por que no se habían enterado de la continuidad del evento tras el inexplicable, y estúpido, hiato del pasado año. Y cuando anoche me enchufaba a la plaza a ver el acto inaugural, volvió a pasar. Regreso a lo que he dicho hasta la saciedad en estos textos cada año. La desconexión del festi con la ciudad es alarmante y hay que ponerle remedio. Además a eso súmenle otro estigma.

Lo que hay anunciado no parece que guste por que o no se conoce, o directamente se desprecia por que no se ajusta a gustos personales y se piensa que es elitista (¿).

Un error en opinión del que suscribe que debería corregirse a base de sumergirse en el evento verlo, y sentirlo como parte del tejido cultural de la ciudad.

De lo que hablo es de que no se trata tanto de aceptar que esa programación es el peor de los males, sino de pensar en positivo. No creo, ni por el forro, que los actos anunciados del festival este año sean mejor o peor que los de las ultimas ediciones (dejemos a un lado las primeras porque entonces los presupuestos eran gigantescos, y las mas centradas en la música que dirigió Carlos Jean) y es infinitamente mejor que no tener nada, como mencionaba antes. Me refiero a que durante unos pocos días, benditos sean, vamos a tener un buen montón de maravillosos frentes culturales abiertos, en una ciudad en la que no andamos sobrados precisamente, y eso es lo importante al menos en opinión de un servidor.

Para muestra el acto de apertura. Verán, la cosa es que cuando entrabas a la plaza (que bien recuperarla como espacio para el festival) parecía que había mucha mas gente de la que en realidad estaba viendo el pase de la compañía francesa CPPP y su adaptación del clásico de Melville “Moby-Dick”. La suma del personal era curiosa y llamaba la atención que, lo pulsé preguntando, variaba de la indiferencia y sorpresa al iniciarse, al asombro y la feliz aceptación a medida que el espectáculo avanzaba por que lo merecía, con el barco de Ahab por una parte y la ballena por otra, la música, el pool dance y muchos detalles mas con el sitio espectacular como tercer protagonista.

A eso me refiero.

Sopa ya tenemos todos los días.