CrónicasFestival FACYL

Cuarta crónica del festival FACYL

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Ya es historia amigos. La edición de este año del FACYL echaba el cierre con el pase de Christophe Chassol por el C.A.E.M. y con ella se abría de nuevo la discusión de qué clase de festival tenemos/queremos que, aunque ya es un poco cansina, porque sea como sea no le va a gustar a todo el mundo, desde luego es sana y en mi opinión necesaria.

Ya he dicho en estos textos que falta llevar a cabo la ansiada conexión con la ciudad y sobre todo con la gente más joven que son quienes llenan (el abismo, la sima en realidad, que había entre el publico de Rodrigo Cuevas y el de A Filetta puede ser un buen termómetro), y que el festi deje de verse como una cosa extraña que nos mandan de Valladolid ahora que el rollo duro de música exclusiva que Carlos Jean llevaba, ya no parece tener cabida. El reto de llevarlo a cabo será, repito, a mi parecer una de las asignaturas pendientes para los años venideros. Por supuesto que en cuestión de programación y de artistas, ay, siempre se tratará de los gustos particulares de cada cual faltaría más, y nunca serán los carteles santos de la devoción de todos.

La ampliación de las sedes del festival, el huerto, por ejemplo, me parece muy acertada y ojalá se pueda seguir en esa dirección ganando o aprovechando espacios que tienen poca o ninguna actividad fuera de las propias, para cultura. Y si el próximo año se puede ya volver a las antiguas formas, estaría bien que se recuperara la calle en el formato, pasacalles conciertos etc., que fuere. No creo que sea difícil en un evento en el que todas las instituciones que lo montan parecen remar en la misma dirección.

Para rematar el festival se traían al inventor del Ultrascore  Christophe Chassol al que acompañaba en la batería el estupendo Mathieu Edouard (parecía cuando tocaron Vertigo la que daba paso a las dos partes de “Rollercoaster” o “Savana, Céline, Aya Pt.1, que había estudiado con el personaje de J.K. Simmons en Whiplash). No conocía nada del tipo hasta que un día rebuscando en YTube le vi por casualidad cuando me topé con los pirados de Magma que tocaba con ellos. Venía con Ludi la peli musical que compuso basada en el libro de Hermann Hesse “El Juego de los Abalorios”, cosa que a un servidor se le antoja una heroicidad por que es farragoso en cantidad, o al menos a mí que soy un profano en la obra del alemán/suizo me lo parece.

Y claro alguien puede ver el vídeo de la mencionada “Rollercoaster Pt 1&2” y puede pensar que su trabajo es como las colaboraciones que ha hecho para Frak Ocean o Phoenix. Nada más lejos de la realidad. Cultivando Free Jazz y Pop virtuoso, hace un show en el que las imágenes son tan importantes como la música. Recorre con la película diferentes estatus de juegos, del básquet a los arcades japoneses, y hace que pase el bolo rapidísimo a pesar, ya lo dijo el que suscribe en su momento, de que la propuesta no es para todo el mundo.

El fin, sí. A por el próximo ¿eh?…

Foto: Víctor J. Fry

Paco Jiménez
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